Con el
ego por las nubes, dices, muy serio, que algunos no deberían haber nacido. Que
siempre han sido improductivos y han llevado una vida de circo. Que no pueden,
ni saben, vivir como civilizados. Los mil sobrenombres con los que le has
llamado, no te hacen más sabio, ni tener razón, ni más hombre. Al contrario. Te
encuentras deshumanizado. Nunca llegarás a comprender, de esta historia, ni un
cuarto. El odio que te recorre solo es porque no me has alcanzado. Ni tu pulcra
piel, ni tu discurso prefabricado te harán levantarte de la ciénaga en la que
siempre has terminado cayendo. Escúchame bien: ni tu impecable apellido.
Mueres, por dentro, porque he llegado más alto que tú y más de lo que hubieran
podido aspirar todos tus muertos. Por eso quieres arrebatarme derechos. Lo que
tengo y con mi sudor he conseguido. Debes entender que aquí no acaba esto.
Aunque pocos, aún me quedan años y ganas para atrapar más sueños. Antes que los
tuyos cumplas, que tienen que ver con fusilamientos. Tengo tiempo para escribir
más del mil cuentos y retratar la suciedad que llevas dentro. Para indagar en
la memoria de nuestros ancestros. Que esta sangre, impura, no me hace menos. Te hace a ti solo pensarlo.
Gregorio S. Díaz "Ni tu impecable apellido"
