A vece sucede que, no le damos importancia a las cosas que día a día nos ocurren. No prestamos atención a las personas que van llegando a tu vida y las que se van quedando atrás. Y es ahí cuando debemos parar todo nuestro mundo, y observar...cuando paras te das cuenta de todo lo que tienes alrededor.
Aunque no lo vea, es esa sonrisa la que ilumina ahora mi camino, aunque no lo sepa es ella quien me lleva día a día adelante, aunque no le de la importancia que se merece es ella quien hace que de nuevo sienta ilusión por algo. Aunque no comprenda, es ella quien aparece ahora en mis sueños. Aunque no sepa qué hacer, cómo actuar o que pensar, tengo confianza ciega en ella y no entiendo el por qué. Y eso, creo, es una buena primera señal. Son estas pequeñas cosas las que me hacen creer en todo de nuevo, pequeñas señales que te recuerdan que no, que el destino no se olvidó de ti, que tan solo hay que esperar, que para obtener alguna recompensa habrás de esforzarte, habrás de haber sufrido. El juego de la vida continúa, y ahora los dados están en mi mano, ahora me toca tirar a mí, a ver qué me depara el futuro...
G. S. Díaz "El juego de la vida"
