Mira cómo lo quemo todo. Cómo se
come el fuego todo lo que he sido y las cosas que he querido. Las que hecho y
que, a la vez, me han consumido. Mira cómo se deshacen entre las llamas todas
mis palabras. Esas que ya no salen, que se quedan atascadas en la mente, postergadas
eternamente porque el tiempo apremia y no hay día que tenga más de 24 horas.
Mira cómo se van todos mis recuerdos, cómo se queman todas las fotografías, que
parecen de blanco y negro ya. Las de un pasado olvidado. Las de otro maldito.
La de las noches de copa, llanto y besos y el ideal de un mito. Los del tira y
afloja. Los del tú más. Los de las brujas. Mira cómo se van todas mis ganas en
la hoguera que quema y despelleja el alma. Cómo se me va la sangre, vertida. Cómo
se va la vida. Cómo se pierden mis caricias. Mira cómo no se iza la bandera. Ha
sufrido intempestivas tempestades allí arriba. Ahora prefiero la pradera de tus
verdes ojos o, tan solo, dormir plácidamente en tus caderas. Mira cómo se me va
todo el dinero que no tengo. Los besos que te daré siempre, a destiempo. Cómo
se va la risa que no volverá por otro febrero. Cómo se me va todo y no muevo ni
un solo dedo. Me da igual lo que pierdo. Solo es carne. Hueso. Piel. Jadeos.
Música. Sudor. Viento. Pasión. Desasosiego. No realidad, solo pensamientos.
Lejanos recuerdos. No volveré a hacerlo. Me quedo aquí y que se me lleve a mí
también el fuego…
Gregorio S. Díaz "Fuego"