Aun
sin conocerte, ya lo hago. Aunque todavía no sepa de qué color son tus ojos, ya sé reconocer la forma en que
brillan. Y entenderé al tiempo. Y a eso a lo que algunos se empeñan en llamar
destino. Y lo comprenderé todo. Y todo, gracias a ti.
G. S. Díaz "Entender"