Con la tecnología de Blogger.

23 de noviembre de 2013

Zombie

0 comments
Me he convertido en un zombie. En un cuerpo que se arrastra entre las calles desiertas de una ciudad abandonada y echada a perder. No me acuerdo de quién fui, qué hacía o qué es lo que sentía. No recuerdo ni un recuerdo y vive en mí el completo olvido. No siento, ni padezco. No necesito comer, beber o realizarme como persona. Porque ya no lo soy. No te necesito, porque ahora voy comiendo a las chicas que me encuentro por ahí. Persiguiendo a los que no son de mi calaña. Metiéndoles el miedo en el cuerpo. Pero soy débil, me pueden y tengo que huir. Me gusta esta soledad, caminar entre mi llanto de bebé estéril, alzando las manos. Sin recordarte. Viviendo por vivir. Esperando a matar o que me maten. No sé ya qué espero de la vida, si me la arrebataron y sigo surcando caminos que una vez recorrí. Ser zombie tampoco es tan malo, he conseguido olvidarme de ti, para morir al fin en paz, para cerrar la puerta a lo que venga, que ya no vendrá. Y si me encuentro contigo, no te reconoceré, te querré solo por mis deseos banales y terrestres. Pero tú...tú no podrás hincarme el cuchillo en la cabeza, como haces con los demás, que va. Huirás de mí y de mis recuerdos, mientras que yo caminaré tras de ti sin que yo note la diferencia con otra más a la que comerle, literalmente, el corazón.

G. S. Díaz "Zombie"

No hay comentarios:

Publicar un comentario