Inclinar la cabeza y pegar
nuestras mentes con fuerza, como si pudiéramos traspasarnos imágenes,
pensamientos y emociones. Como si pudiéramos mandarnos, sin hablar, recuerdos
pasados, para no repetir los errores, y futuros, por eso de volver a
equivocarnos cuando lleguemos. Sonreír en tu boca y apretarte allí donde mi
mano tiene el límite. Que tu mirada felina se fije en mí como tantas otras
veces para que mi piel se hiele y yo me encienda. Que resuena la música y el
sabor del ron. Y en tu cama morir, extasiado de amor. Y que la luz que ilumina
el túnel me lleve a otra vida en la que poder encontrarte. Así, cariño, es como
te quiero yo.
Gregorio S. Díaz " Así, cariño."