Perder es
relativo, pero no lo es tanto cuando siempre pierdes. Puede que no sirva para
ganar. Para mantenerme. Puede que me olvidara de los mecanismos y herramientas que
hacen valer un empate fuera de casa. Quizá mi alineación de gala se perdiera
entre tus piernas y desde entonces no pueda compactar un buen equipo. Comparé
cada nuevo partido con el tuyo y normal que siempre perdiera, usando la misma
estrategia que contigo. Tú me enseñaste lo que es el fuera del juego, las
tácticas defensivas y el juego a balón parado. Desde que no estás, me han
metido muchos goles. Desde que yo no quise que estuvieras, he recibido muchas
faltas. No importa que ahora juegues en Primera División y yo esté en puestos
de descenso en Tercera. Solo quiero que, de vez en cuando, eches la vista atrás,
cuando jugábamos los dos en la Champions y no nos dábamos ni cuenta.
Gregorio S. Díaz "Fútbol-Amor"