A veces, y sólo a veces, sueño con un beso tuyo. Con un aroma que llevo
confundiendo años. Me confunden a mí mismo esos labios que he tenido tan cerca
en tantas ocasiones, que no puedo negar y juro, que los miré siempre con
lascivia. Con ímpetu obseso, sin embargo, sé que tus ojos no lo vieron. Pero es
que es eso, que sueño con tu beso, otras veces, confieso, no solo eso. Te veo
en un barco dorado que naufraga en el océano conmigo de testigo. Conmigo
dentro. Da igual si capitán de algún velero viejo o de pirata de un navío desconocido. He soñado tanto que
mis sábanas han amanecido en el suelo. Tanto, que no sé si escucho tu voz
dentro de un cerebro aturdido y ya un poco dañado por errores y experiencias
del pasado. Sueño que cuando visto de amarillo y rojo, vienes y me quitas el
espanto de las explosiones, las lágrimas de los ojos, acompañándome, en el
tránsito de un cargo que pesa mucho. Y es que es eso, que a veces, y solo a
veces, sueño contigo.
Gregorio S. Díaz "Es eso"