Bajar, por una vez, al mundanal
mundo de lo banal y lo efímero. Al de las visiones y las evasiones. A ese en el
que cientos viven y malgastan una vida que, dicen, será así mejor vivida. Que hay
que destrozar el maldito cuerpo, hacerle por dentro heridas, para ver lo que es
capaz de soportar y así irte a la tumba habiendo probado cada mierda. Sí,
sentirme todo un bandolero, extasiado ante la lumbre de una noche de febrero,
ante el aire libre y puro de las montañas que dan algo más que abrigo. Loco por
ese vino que alegra los caminos, por el tabaco que sale por la nariz, fumando
intensivo. Con la mente viajando por la música de la culona taconeando y la
gitana cantando. Susurrando a voz de quejido. La del vestido de flores y peineta en el pelo, bien recogido. La de la liga en el muslo. Mañana será otro día en que
asaltar a esos refinados señores. Los de las monedas de oro, grandes fincas y
maltratados esclavitos. Los del mando en los olivos y sus manos en los
bolsillos. Contando cada gota de sudor y todo su dinero. Todo su trigo. A esos,
el palo de su vida como se encuentren conmigo. Sí. Mañana será otro día en este
mundanal mundo. En el que solo el importa el ahora, lo etéreo. Lo que no se ve
y no se toca, porque aún no existe. Que sigo vivo. Un trago, un beso, un polvo
rápido y mañana un disparo maldito. No pensar en el destino. En el futuro. En
el sistema que te agota y agobia, en todos los hijos de putas corruptos. En la
Historia y su devenir, casi profético. En las posibilidades reales del descenso
definitivo a un mundo que no es mío, al que no pertenezco. El que dejaron atrás
siglos y siglos de ancestros. El que camuflar día a día, lejos de esa hoguera y
aquellos quejidos.
Gregorio S. Díaz "Mundo de bandoleros y quejidos"
Vivir el presente al máximo sin pensar en el futuro, mejor explicado imposible. ¡Un Saludo!
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