De forma inevitable y casi a
contrarreloj, los años pasan. Se suman. Se cuentan. Se soplan las velas. Se
escapa el tiempo. Pero felicidad queda, deja huella. Etérea, pero la deja. La mágica estética de los noventa. La
incertidumbre ante el nuevo milenio que entra. Los surferos dos mil, tener conciencia.
La crisis económica del final de la década. La Universidad hasta el quince, llena de ganas, libros y
protesta. Vivir lo que pudiera hasta el dieciocho. Hacerse mayor hasta el
diecinueve, dando clase. Pararlo todo en el veinte. El mundo cambia. Los años pasan. La Historia sigue.Gregorio S. Díaz "La felicidad deja huella"
En unas breves líneas has definido una gran verdad, pocas palabras con grandes significados, y has hecho que mi memoria navegue por mis recuerdos. Precioso e interesante. ¡Qué lástima que los años pasen tan rápido!
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