Contigo, si lo piensas, siempre
es el fin del mundo. Los mayas ya avisaban, en tiempos remotos, que nos
encontraríamos juntos la noche de diciembre en la que se cumplía su ciclo. Bebiendo
ron y mirando al cielo de una Granada que, aunque nocturna, creímos ver
ensangrentada. Y si todo continuó girando, avanzando…Si no hubo tormentas ni
terremotos…fue porque fuimos perdiéndonos. Alejándonos. Y si la lucha dejó las
calles, fue porque recogimos otros nombres. Y ahora, de nuevo reencontrados, el
mundo parece acabarse. Esta vez sí. Cuando nos hemos querido tanto, como para
sudar y unir nuestras manos, el planeta ha dicho basta y se nos ha quedado, embobado,
mirándonos. La naturaleza ha cambiado su signo y ha ido a por nuestros corazones,
humanos. Mientras te miro y me miras, mientras nos damos vida, construimos
puentes y callejones con mil salidas, ahí afuera todo muere. Australia se
quema. El globo sigue en guerra: Ucrania, Libia, Siria. Los viejos imperios injustos
se derrumban. Los países se encuentran cerrados por una pandemia. El dinero se
acaba, las protestas se incendian. Los discursos se extreman. La Historia
suelta su jugo y nos aprieta. Y yo no tengo tiempo para analizar el mundo que
nos deja. Solo un canto de esperanza por que el futuro nos pertenezca. Porque si
somos el fin del mundo…también somos el germen de uno nuevo.
Gregorio S. Díaz "Siempre es Fin del Mundo"
Como siempre..me has vuelto a dejar fascinada. Me ha recordado un poco a lo que refleja el yin yan, lo oscuro que envuelve el mundo, contrastado con la belleza de un amor naciente en las noches de Granada.
ResponderEliminar¡Saludos!