A pesar del tiempo transcurrido siempre dejaba un resquicio,
una esperanza a la duda, siempre dejaba una pequeña puerta abierta por lo que
pudiera pasar y creo que ese fue uno de mis más grandes errores. Tenía que
haber cerrado todo, no tenía que haber dejado siquiera una oportunidad a esta
duda, pero lo hice.
Incluso conociendo mi equivocación he seguido intentando que
haya alguna mínima posibilidad, he ido contra mí mismo, porque ya sé que es
esta la última duda que ronda mi cabeza, que ya no le dedicaré mis letras, que
a ella ya no le escribiré nunca, que va siendo hora de cerrar todas las puertas
y que no se abran más para que otras se puedan abrir. Pero es tan complicado
que la añoranza, la nostalgia y la melancolía nubla mis ojos y mis pensamientos
para evitar estas emociones que aquí se plasman. Pero hay que ser fuerte, hay
que luchar, hay que dejar de ser cobarde, hay que ser valiente y yo…yo tengo
mucho valor.
G.S. Díaz "Tus ultimas letras"