Hacía tiempo que alguien no era tan sincera conmigo Hacía
tiempo que esas palabras no se colaban por mi mente y ahora no sé que sentido
darles, si positivas o negativas. Cuánto tiempo hacía que yo tampoco era tan
sincero y me produce una gran satisfacción serlo. Y es que sólo tengo una
verdad y sólo yo la conozco.
Siempre he sido un niño muy, muy inocente. Mucho. Y tímido
también. Nunca he sabido actuar. Me acostumbré a vivir de una manera bien
marcada y aquello no acabó bien. Y entonces decidí cambiar, cambiar mi forma de
pensar y de actuar. Cuando echaba una mirada hacía los lados veía a mis amigos
lo feliz que eran y lo bien que les iba haciendo el capullo por ahí, ahora es
cuando entiendo que esa felicidad es efímera y poco duradera, que esas sonrisas son una coraza
falsa, que detrás esas acciones hay una parte buena que no ha tenido buen
final. Y fui como ellos. Cuando mi vida giró radicalmente me convertí en uno de
ellos. Viví la vida a lo loco. Salía, reía y siempre buscaba ser como ellos.
Ser feliz de esa manera. Y me equivoqué. Todo lo de verdad me importaba una
mierda, actuaba como si lo que hacía no me iba a repercutir en el futuro. Y me
equivocaba otra vez.
Pero me he bajado del mundo y he visto con detenimiento qué
hice y qué era lo que no tenía que hacer. Me propuse dejar esa vida y lo he
conseguido. Quiero hacer otras cosas, leer, me encanta leer. Quiero leer todo
lo que pueda acerca de lo que me gusta y que me pueda servir para tener más
cultura y ser mejor persona. Quiero hacer cosas de provecho y no quiero
desperdiciar este tiempo actuando como lo hace toda la juventud, que está
tirando su cuerpo y su dinero por la borda. Y eso es así.
Me puse una coraza para evitar sufrir como me había pasado y
ya ves, lo estoy haciendo ahora pero por algo mucho mejor, cambiar de estilo de
vida y de pensamientos. Y me gusta, me gusta más esta vida, donde yo soy quien
soy en realidad y no un espejismo de mí mismo que es lo que ve la mayoría de la
gente que conozco.
Tengo miedo, simplemente miedo. Porque dejé de creer en el
destino y en el futuro, que uno tras otro, me hundían más a cada braza que daba
para llegar a la orilla. Y aún hoy le tengo autentico pavor a intentarlo de
verdad, porque no sé, yo pienso que en este mundo, ahora, hay muy poca gente,
tanto hombres como mujeres, que merezcan la pena de verdad. Y sé de sobra que
yo no soy uno de ellos, por eso no tengo que exigir o esperar lo mismo.
La cosa es esa, que yo sé que no me quiero equivocar otra
vez, porque esta vez yo quiero que sea de verdad. Me estoy tomando un tiempo de
reflexión conmigo mismo, de dejar esas cosas del pasado atrás, sé qué quiero
pero no donde encontrarlo, quizá lo tengas tú, no sé.
G. S. Díaz "Las verdades de mi vida"