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13 de octubre de 2012

Tuve

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Tuve que aprender a reírme de mí mismo. A reírme del mundo. Tuve que aprender a ser el chico en el que nunca me quise convertir. Tuve que hacer cosas que no quería pero que me servían para vivir en mi mundo de fantasía. A besar labios que eran monótonos, a besar sin que los besos me supieran a nada. Y es que sólo unos besos me llenaron de amor e hicieron que nunca me cansara de ellos, que siempre quisiera más. Pero ella no quería dármelos. Y entonces tuve que aprender a amar sin amar, a querer sin querer, a vivir muriendo y a  seguir sin un motivo. Y lo hice. Y lo sigo haciendo. Tanto he aprendido que ahora sé caminar solo y es algo que me encanta. No necesito a nadie, pero quiero a alguien que de verdad me quiera. A alguien que de verdad me diga quién soy, alguien que me proteja y bese, alguien que me de su gratitud y su confianza, alguien que me ayude y me soporte, alguien que merezca la pena. Creo que me merezco a alguien como tú.

G. S. Díaz "Tuve"

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