Cuento segundos y el tiempo se me hace un nudo en mi garganta. Cuento cada paso y el camino se hace cada día más largo y angosto. Cuento cada mirada y los ojos, cuyas almas reflejan, no me dicen ni una sola palabra anormal. Cuento cada día pero descubro que al contarlos me voy acercando cada vez más a mi final. Cuento, cuento y no paro de contar. Historias, poesías y algún que otro relato más. Y es que soy un loco que no tiene autoridad, mucho menos potestad, para contar la elipse de tus labios cuando te veo pasar, para perderme en una boca que no podré besar.
G.S. Díaz "Cuento"
