Las revoluciones nunca se dieron de la noche a la mañana. Los cambios drásticos y más importantes no se dan de un día para otro. No te acuestas siendo niño y te levantas adolescente. No. Es un cambio progresivo. Que necesita tiempo. Que se cuece a fuego lento. Es tan solo un periodo de transición. De adaptación. De dejar a un lado lo que había antes, ver dónde, cómo, con quién, en qué circunstacias estás y plantearte un futuro lleno de incógnitas que ya se resolverán. He vivido los últimos años en una etapa que parecía no acabar, y por fin, tengo un periodo solitario en el que pensar, discernir la realidad y ver todo con otros ojos a mi alrededor. Ya habrá tiempo para lo que vaya a venir. No quiero convertirme en lo que un día fui, o tal vez esa sea la solución a esta transición, volverme loco por segunda vez. No. No. Lo único que sé es que...que no quiero volver atrás.
G.S. Díaz "Transición"