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6 de diciembre de 2013

Polos iguales

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Cómo decirte que eres perfecta sin que te enteres. Sin que en mi interior arda esa llama que sin esperanza se aviva a cada palabra que lee. Aunque sean pocas. Pero concisas. Cómo decirte que te pareces tanto a mí que hasta me provoca algo de miedo. No creo que fracases con el romanticismo, con esos ideales que tienes y que compartimos, al igual que lo hacemos con la pasión de escribir unas letras que a veces son inservibles. Maldita maldición de que los polos iguales se repelen. Maldita la vida, porque sé que no permitirá que cuides de mí. Y yo de ti. Maldito destino, porque ahora te me haces impasible y tengo que hacer, con desgana, la vista gorda. Hacerte invisible para mis ojos, cual fantasma. Cuánto me gustaría recorrer con mis manos tu piel, reconocer cada poro de tu ropa. Malditas las segundas oportunidades, esa que tú todavía esperas, y que yo ya he desechado por completo, mientras me quedo aquí, luchando por la tuya primera. Siempre han existido quimeras. Tu amor lo es. Y aunque me duela, saber que eres tú, mi dulce doncella...no seremos más que polvo que se enreda, amigos, y solo eso, de las letras, vagabundos de realidades varias.

G. S. Díaz "Polos iguales"

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