Cuando él bajaba, ella subía. Vivían con ideas totalmente
opuestas, viajando, buscando lo verdadero. Y lo verdadero eran ellos. Ella era
una chica formal y él un chico apático rey de las fiestas. Sonrisas. Los ojos
de colores se observaban entre sí, cautivando a un corazón náufrago. Al salir
del ascensor se reencontraron sus miradas, sin tener que mirar el reflejo del
espejo. Un silencio incómodo, embarazoso e incluso conmovedor. Sobraban las
palabras. Se dieron cuenta de que todo ese tiempo se habían estado buscando el
uno al otro.
IES Montes Orientales (Iznalloz) 3 ESO A y 2 ESO A