Puede que no sea el chico perfecto. Tampoco, quizá, el correcto, pero no me lo tengas en cuenta. Puede que no sea un diez, pero me siento cómodo en mi notable, a pesar de tu matrícula de honor. Es casi seguro que no podré bajarte la Luna cada noche a tu balcón, pero, por favor, no lo tengas en cuenta, podemos hacer que ella nos admire e ilumine la transparencia de nuestra cama a través de la ventana. Tengo que advertirte que algunas veces seré un poco terco, otras me llenará el cuerpo la rabia que siento ante las injusticias. Diré cosas sin sentido, tonterías y estupideces. Caeré incontables veces más, pero no dejaré que tú toques el suelo. Me reiré en el momento más inadecuado, me enfadaré cuando menos motivos tenga. Seré un torpe en la mayoría de las cosas que me ponga a hacer. Pero, como te digo, no me lo tomes en cuenta, no tengo la culpa. Me haces sentir que que ya no tengo el mando y que eres tú quien tiene todo mi control. Quizá no todo sea risa, pero a veces las lágrimas y un beso merecen mucho más la pena. Cometeré muchísimos errores, pero no me lo tengas en cuenta, que te repito que no tengo la culpa. Échatela a ti, por hacerme sentir así.
Gregorio S. Díaz "No lo tengas en cuenta"
