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20 de junio de 2014

Dos

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Siempre buscando la combinación perfecta. Luchando por hacer funcionar cosas que no funcionaban, que no quemaban. Que ni dejaban cenizas. Y ahora cada día me despierto por la fuerza y el calor de las chispas que provoca tu recuerdo en mí. Los calambres que siento al rozarte. El gusanillo que me lleva por la montaña rusa cuando te veo. Cuando tengo la suerte de poder mirarte directamente a los ojos. La cuestión no era buscar, ni mucho menos forzar. Las cosas llegan cuando uno no se las espera, sin explicación, sin sentido. Sin nada. Llegan y punto. Te dan la vuelta por completo, hacen que te plantees nuevas preguntas a las que les tienes que dar nuevas respuestas, porque éstas, ni las otras, son universales, aunque sí fundamentales. La combinación perfecta son tus besos y tu risa a medio gas, el vino y el carmín rojo en mi paladar. El dormir a tu lado en infinita paz. Que somos algo más allá de dos cuerpos: dos cabezas totalmente distintas, pero que encajan en el puzzle de la vida a la perfección.

Gregorio S. Díaz "Dos"

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