Hay tantas cosas que te pueden cegar... Que pueden hacer que avances con los ojos cerrados. Que embistas sin saber a dónde vas. Pero hay veces que es mejor respirar. Sentarse. Soltar el aire. Pensar. Dejar cualquier ataque de nervios, enfado, celos, amor, desilusión y veinte mil cosas más. Que hay que pararse un momento y recordar qué es lo que hace cada una de las personas que nos rodean por nosotros, gastando su tiempo, su dinero y quien sabe si su vida, en hacernos felices. Tras esto, solo queda ver qué hacemos nosotros por ellos y si de verdad hay un equilibrio.
Gregorio. S. Díaz "Equilibrio"
