Porque, para mí, tú eres el tesoro, alguien a
quien amar de verdad. Con quien crear besos y gemidos que aún no se han
inventado. Con quien, en equilibrio, empujar con la misma fuerza en la misma
dirección. La exorcista que desterró a todos los fantasmas. La musa que se
apropió de todas mis palabras.
Gregorio S. Díaz "No (II)"