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26 de agosto de 2014

Evítame

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Evítame ahora en las palabras. En la distancia de dos imanes que van perdiendo fuerza a medida que se desplazan hacia opuestas direcciones. Evítame en lo que me tengas que evitar. En conversaciones pendientes que pueden no tener ni sentido. En miradas que no pueden ser, y que son reflejos en ojos de personas ajenas que nos miran. Ignórame en cada rayo uva de Sol. No te acuerdes de mí ni un solo segundo al día. No recuerdes que existo.  No, mientras sigamos tan perdidos por el tiempo y el espacio. Haz lo que te plazca en el momento, lo que más te convenga y sientas. Evítame. Sigue haciéndolo. Pero para cuando recuperemos nuestra atracción. No me evites cuando te tenga frente a mis ojos y nos miremos, de nuevo, de verdad. No me evites cuando puedas susurrarme las dudas al oído. O cuando tengas que gritarlas, enfadada, para resolverlas ipso facto. No me ignores con cada brisa fresca que nos erice la piel y nuestros dedos estén unidos en perfecta armonía y ángulo agudo. Recuérdame que te existo y cuánto me quieres, aunque tengas que exagerar. No me evites cuando los centímetros o los metros nos separen. Evítame, o no. No sé. Eso ya es cosa tuya.

Gregorio S. Díaz "Evítame"

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