Dicen que hay
paro. ¡Dicen que en España nadie trabaja! Que me quiten a mí, entonces, mis
trabajos. Que empecé como cualquier otro, y ahora soy pluriempleado. No doy abasto.
No calculo ni configuro, de la manera que quisiera, mi horario. No. No es por
escribir. Ni mucho menos. Tampoco por cualquier título que me permita un buen
empleo. Ojalá. O no. Al grano: estoy en modo multifunción. Soy un gran
secretario: anoto citas, fechas de reuniones y aviso con antelación, pero nunca
entro en tu agenda. Corro detrás, intentando en décimas de segundo, soltarlo
todo con claridad. Luego son las narices las que reciben el sonido de una
puerta que se cierra con estruendo. En el hotel, botones. Subo y bajo maletas.
Las que te dé la gana. Chófer: no soy taxista ni poseo limusina, pero te llevo
al destino que elijas. En cualquier restaurante, sirvo mesa para dos, aunque no
me vaya a sentar yo. Fotógrafo de carreras que llega el tercero. Lo peor de
todo es que no me importa llegar a casa tan tarde que apenas me da para reponer
fuerzas para el mañana. Que alguien se apiade. El gobierno de España, también dicen, siempre
fue piadoso.
Gregorio S. Díaz "Pluriempleado"