Con la tecnología de Blogger.

2 de octubre de 2014

No me pidas

0 comments
No me pidas que te explique, cuando ni yo mismo sé explicarme. No me pidas que te hable, cuando no sé si quiero que me hablen. No me pidas, tampoco, imposibles, que no los puedo conseguir. No me pidas que no atienda a las condiciones sociales que no me importan, aunque en un nuestro mundo rural aún se considere herejía y tengo que mantener, ante la inquisición, una posición limpia. No me pidas uno de esos besos, que salieron de una cárcel donde sufrían por la traición de un sentimiento anterior. O, sí, eso sí. Pídemelo. Pueden salvarme del abismo sobre el que me precipito descaradamente. Pídemelo, aunque no te lo de. O dámelo tú y salda tus cuentas con estos labios fríos y equidistantes. Pero, por favor, no me pidas que te quiera, porque ya no sé cómo se quiere. Ni de verdad, ni de mentira. Crezcamos y veamos qué nos depara la vida.

Gregorio S. Díaz "No me pidas"

No hay comentarios:

Publicar un comentario