Miro que ya te asomas y es inevitable esconderse. Miro que te acercas y me
pongo nervioso al no verte. Miro que me enciendo y no me sale qué decir. Son
semanas en las que no me sale ni escribir. Porque mira que tengo poco tiempo,
pero poco a poco vas apareciendo por ahí. Y me asusto y te temo, y me tocas y
retrocedo. Será que tengo miedo. A comerme el postre antes que el primero. A
acabar, como siempre acaba, y volver a jugar al mismo juego y a hacer la misma
jugada. A volver a morir, cada día. A volver a sentir y no tener memoria. A
querer no olvidarte y tener que, inevitablemente, borrarte. Que el tiempo, tú,
es efímero. Yo, entonces, me quedo tuerto. Ciego, por momentos. Unos más
largos, otros más cortos. Bah, ven, da igual, que todavía tengo ojos por
romper.
Gregorio S. Díaz "Miro que ya"