Te huelo al respirar,
cuando estás justo detrás de mí y no te puedo mirar. O en ese momento en que
entras tan dentro de mí que te tengo que sacar. Que apareces y te vas, pero
cada vez me enamoro más. De ti y de mi por lo que soy en ti. Que me haces
divagar, un mundo nuevo soñar, de nieve rosa y campos azules, irreal pero tan
verdad. De besos sinceros que no tienen fin y un poquito de eternidad. Así me
puedo quitar la mochila con la carga a la espalda, no por experiencias ya fracasadas
sino de vivencias que se despluman en la apariencia. Que tú ves lo que soy, y
haces que sienta que así la vida no aprieta, aunque algunos se empeñen en poner
etiquetas. Solo cuando creces y eres consciente, te das cuenta de todas
aquellas volteretas, que te reían pero perjuraban a escondidas. No te vayas, te
pido. No. Tú no. Que ya que se han ido todas, te necesito para vivir, para crear mil historias que tengo por escribir. Que si tú que no existes, me dejas, no sé
qué más me queda por recibir.
Gregorio S. Díaz "Tú no"