Se me agotaron tus letras. Qué le voy hacer, uno crece y va conociendo
nuevas palabras. Tomando conciencia, de lo que está bien y lo que está mal. De
que no te quiero cerca más. De que ya tengo todo lo que necesito, que no me vas
a traer nada más que hastío, pena y delitos. Y yo no quiero bromas ni
seriedades. Un término medio habría estado bien. Pero da igual, no deseo más
banalidades. Y sí, te lo voy a decir, por qué no. Yo creí en ti. Desde el
principio. Sabía que existías. En cada una de ellas te veía y en sus
precipicios te sentía. En sus miradas y en sus alegrías. Solo mientes: haces
que veamos cosas que no son, que interpretamos gestos que no son, palabras que
no son, besos que no son, cuerpos que no son. Tú tampoco eres. Por mucho que
muchos hablen de ti como un buen amigo. No sé cómo te atreves. Te descubrirán,
tarde o temprano. Tú siempre quitas a todos del camino. Nos desvías y nos pones
a andar en círculos. Recuerdo que te cambié por Rencor y por Pudor. Ahora por
Indiferencia. Amor, lo siento, eres tú, no soy yo.
Gregorio S. Díaz "Tú tampoco eres"