Es ver un gato negro, con mirada brillante, en la noche oscura. Es ver al
cuervo de Poe volando y posándose en tu cabeza, a la vez que grazna y vuelve a
coger altura. Es el bote de la sal en la calle. El paso cobarde por tu casa y
tu escalera. El pan mirando hacia abajo en la mesa. Los putos cuadros
moviéndose mientras duermo, que no se quieren quedar rectos. Es abrir sin
querer el paraguas antes de salir al completo sol. Soñarte en pesadilla, amor.
Tu vestido amarillo. Mis zapatos marrones. Olvidar el vino, brindar con agua
embotellada. Intentar volver a la normalidad un viernes trece de madrugada.
Tocar el suelo con el pie izquierdo cada vez que me levanto. Romper el espejo
con las legañas que suelto. Romper tus fotos digitales, esas que guardo, por no
verlas, en otros lugares. Todo eso es lo que yo conozco. A ver si escucho de
Dúrcal el trébole, o si me encuentro uno, que la mala suerte no se desprende
aunque me queme y eche todo mi humo.
Gregorio S. Díaz "Gato negro"