Fíjate si tenemos mala suerte, que hemos perdido hasta las oportunidades
que no existen. Que nunca hemos tenido el valor de mirarnos a los ojos y,
frente a frente, decirnos lo que nos ocurre desde siempre. Ni siquiera lo
hicimos entonces. Como si fuera un juego en el que el primero que hablara iba a
perder, como si las palabras fueran a doler en vez de provocarnos más placer.
Yo me las callé, no supe sacarlas. Tampoco sabía muy bien en qué lugar dentro
de mí se encontraban. Tú las reprimiste, incluso con rencor nada gritaste. Y
será por eso que no sé por qué aún espero tu reprimenda. Hiciste bien en
dejarme volar. En dejarme que me estampara. La verdad es que lo necesitaba. Ay,
si cada vez que me escuchas me hablaras. Si cada vez que me lees una señal
mandaras. Qué sería si cada vez que cruzamos letras, aunque sea a destiempo, éstas fueran sinceras. Ay
de mí, si yo quisiera. Ay de ti, si supieras. Si todo eso que te digo, ahora,
la foto sería contigo.
Gregorio S. Díaz "Si.."