Con la tecnología de Blogger.

23 de marzo de 2016

Mi copa.

0 comments
Las copas saben mejor según dónde y cuándo te las tomes. Debes saber que  siempre preferí salón y tu compañía, aunque ninguna vez sucediera. Me tuve que acostumbrar a suelos llenos de bolsas y a barras pegajosas. Esta copa, hoy, me sabe a gloria. A oscuras. Totalmente a oscuras, cerca de mi gran amada soledad. Así es cuando me puedo poner a pensar. Me puedo poner a recordar a todas las mujeres que bebieron de mi boca y que hoy expulso, a través de mi copa. Mi habitación no es un bar, pero como si lo fuera.  No tiene camarera, pero el folio en blanco escucha todas mis penas. Que son muchas y de varias formas. La música no se baila. Suena en mis oídos y solo me relaja. El hielo emborracha. Esta copa va por ti. Por todo lo que ahora pierdo. Por lo que se deshace en mi cabeza y planea extinguirse. Por lo que no tendré más. Va por ti, esta copa. Por lo que fue y por aquello que no logro recordar. Por las noches que entré a tu cuerpo a matar. Las veces que dejaste que me muriera extasiado entre tus piernas. Por las travesuras en unas escaleras y las de todas las esquinas. Por aquella vez que rompiste a gritos la encimera de la cocina. Hoy mi copa me sabe a ti. A tu sudor. Incluso al de otras que me beneficié y con las que pensé, sin querer, en ti. Tú no lo sabes, pero una vez pronuncié tu nombre cuando lo hacía con ella, con mi Estatua de la Libertad. Ella no tenía ninguna candela encendida, apenas ni una llama. Buscaba libertad, cuando se fue. Normal, era una capitalista empedernida. Yo quería igualdad. Normal, no soy un capitalista podrido. La copa, que ya se acaba, me sigue sabiendo a ti. A tu último suspiro. A mi último sorbo. Las de mañana, quizá, sepan a otra. Y las del siguiente, también. Hoy, de momento, saben a ti. Hoy, dejadme, que a oscuras y con ella, ya no recuerdo quién fui.

Gregorio S. Díaz "Mi copa" 

No hay comentarios:

Publicar un comentario