Dicen que han visto arder París. Que
la llama ascendía al cielo y que nunca se iba a apagar. Hoy esos recogen las
cenizas de un pasado maldito y carbonizado. Cuentan que han visto cómo la Torre
Eiffel se doblaba para ellos, que aquella visión los extasiaba. Solo era el
humo negro que, con su dulce muerte, visiones creaba. Dicen que han visto morir
una ciudad milenaria, y no saben que el tiempo no muere, ni se agota. Que queda
paralizado, de forma arbitraria. Llegan rumores, incluso, de que algunos
lograron escapar del fuego. Otros, que de la mano se convirtieron en uno con el
polvo que dejaba a su paso el incendio. Dicen que París, aún quemada,
conservaba sus colores. Los mismos que hoy lo ven todo en blanco y negro. Yo
mismo dije que quería morir entre las llamas. Que nada me importaba. Dicen que
han visto arder París, y que les ha pillado dentro. Yo no he visto arder París,
pero sí cómo le prendíamos fuego.
Gregorio S. Díaz "Dicen que han visto arder París"