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11 de julio de 2017

Saliva

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No intentes curar tus heridas con mi saliva. Ten cuidado. Que de sustancias químicas está corrompida. Que puede ser que se te agrieten, de aquí a unos meses, porque es demasiado corrosiva. No. No intentes nada. Que a mis veinticuatro ya conozco los entresijos de las más de mil puertas que he abierto. Y he cerrado. Ya sé, ya sé que los ecos del tiempo pasado parecen cantos de sirena. Yo me he ahogado entre sus canciones, perdiendo el tiempo y haciéndolo todo más complicado. Pero solo era un pedazo de ella. No sueltes más veneno, que es letal para unos sentidos poco acostumbrados al impacto de otro miedo. Como si fuera algo nuevo. No estaré cuando escupas el agua y respires a boca llena. Tampoco cuando tú quieras. No estaré ni cuando yo mismo necesite una tregua. Porque el tiempo se agota. Se va, muere y no deja de oportunidades otra. Porque yo me deshago cada vez que alguien como tú me clava una y me quita tres piezas.

Gregorio S. Díaz "Saliva" 

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