Lo fácil es recorrer
estantes y estantes sin ton ni son y consumir algo sin sentido, algo que no
deje un mensaje subliminal, de esos que me gustan dejar a mí. Lo difícil es ser
original y encontrar algo que hasta ahora no hayas visto, oído o sentido.
Incluso imaginado.
¿Lo fácil? Lo fácil es
escoger al azar uno de esos libros comerciales para adolescentes cuyos autores
aprovechan la globalización y el capitalismo, la inexperiencia y las ganas de
los jóvenes para hablar del amor. ¿Lo difícil? Lo difícil es escoger el
adecuado. Ese que está tan lleno de aventuras, amores y traiciones que dejan
las emociones a flor de piel tras el paso de cada página. Ese que te permite
viajar por todo el mundo y por parte de otros sin salir de tu habitación. Ese
que te permite conocer a gente que de verdad vivió y sintió lo mismo que
nosotros, o gente que nace de la cabeza y la imaginación de autores
excepcionales que dejarán su huella en el mundo de la literatura.
Porque lo fácil es
quererte. Lo difícil mirarte a los ojos y, sin parpadear, decírtelo. Fácil es
cogerte de la mano, difícil explicarlo. Lo fácil es sonreír en los momentos
felices y alegres, mientras que lo difícil es hacerlo en las situaciones
complicadas y tristes. Porque lo fácil sería poner tan solo tu nombre en una
nota, lo difícil es escribir estas letras. Fácil es escribir estas palabras, lo
difícil es demostrarlas.
Porque lo fácil es vivir
hoy día. Lo difícil haberlo hecho en cualquiera de los siglos pasados. Y es que
el pasado forma parte de lo que somos y si no lo conocemos no podemos saber
quiénes somos en realidad. Debemos luchar por buscar nuestra historia pasada y
afrontar el presente y, por tanto, el
futuro con otra perspectiva: la de la verdad. La de nuestra verdad. Esa verdad
que es más verdadera que las verdades que nos vamos encontrando por ahí como si
fueran universales. Nuestra verdad es la verdadera verdad universal. Busquemos
esa verdad juntos.
G. S. Díaz "Fácil y dificil"