Con la tecnología de Blogger.

10 de marzo de 2013

Pasado verdadero

0 comments

He descubierto que sigo enamorado de la primera que me enamoró. De aquella por la que moría y por la que intenté un amor infantil e inmaduro, que no llegó muy lejos.  Nada lejos. Sé, certeramente, que ella fue mi primer amor. El verdadero. Ella me enseñó a quererla en mis sueños, a amarla e imaginar una vida juntos, mientras vivía. Sentía, cerca de su lado, cómo mi sangre ardía y mis nervios se dilataban, con cada palabra que salía de su paladar mi corazón tan solo podía volar, tan solo podía fantasear con ella.

Ahora entiendo que fue la primera y la más verdadera, aunque nunca me quiso. Fue empezar en el amor, sentir por primera vez algo único y mágico, que hoy, he vuelto a recordar y que puede avivarse cuando menos lo espere, cuando no tenga una razón ni un rumbo que seguir, como ahora. Esa chispa nunca se apagó. Solo dejó de arder con esa fuerza y pasó a un segundo, tercer o cuarto plano. Y es ahí donde hoy debe estar, como siempre, y si alguna vez, siente lo que yo un día sentí, que  vuelva con más ilusión que nunca esa llama, que tarde mil años en apagarse, cuando solo de nosotros queden cenizas. Y así esas cenizas podrán contar una historia tan fantástica y tan verdadera que nuestros hijos la recuerden por siempre, contándola de generación en generación.

G. S. Díaz "Pasado verdadero"

No hay comentarios:

Publicar un comentario