Los sueños, aunque sólo sean sueños, también duelen. Aunque sean ficticios, porque a pesar de ello tienen un poco de verdad. Así que deja de torturarme en mis sueños, de mostrarme cosas que jamás ocurrieron. De enseñarme cosas que no pasan. Cosas que no voy a hacer. Así que deja de doler y de entrometerte en mi dormir, en mis sueños más profundos, en mis anhelos más anhelados, que eso ya pasó. Que todo el tiempo aquel está en el pasado. Que el presente es otro, que no nos lo ganamos. Que el futuro ya se verá.
