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2 de marzo de 2014

Querido yo de un universo paralelo

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Querido yo de un universo paralelo:

No imaginas cuán grande fue mi sorpresa al recibir tu carta. La teoría de los universos paralelos es muy interesante, además está muy desarrollada. Pero gracias a ti, puedo decir que se contrasta. Pensar en otro yo y en otras circunstancias, ¿Qué diría entonces Ortega y Gasset? ¡Guau! Es impresionante.

Pasando a las cuestiones por las que me escribes, no sé cómo (y tampoco me interesaría imaginármelo) has contactado conmigo. Pero como te conozco (me conozco) sé que para llegar a esto tienes que estar desesperado y desesperanzado y por lo que deduzco, solo puedes recurrir a ti mismo, o sea, a mí. Por lo que respecta a aquel verano, no recuerdo tal cosa, y creo que nunca conocí a una chica con ese nombre. Esa fue la crisis de los cuatro años, y la logramos superar, pero parece, que por lo que me cuentas, vosotros no lo habéis conseguido y es a partir de ahí cuando, a pesar de ser la misma persona, nuestras historias se separan y son completamente diferentes.
Tras esa crisis, ella y yo nos unimos más, quizá por eso mismo, por lo mal que lo pasamos. Los años de la Universidad los recuerdo como los mejores. Fueron, desde luego, un auténtico lujo. He de decir que, por supuesto, no fue todo de color de rosa, ya que tuvimos tan malos momentos como buenos, pero los superamos y haciendo balance general, fue una de las mejores épocas de mi vida. Espero que de ella también.

Y bueno, aquí estamos. Conseguimos un trabajo. Nos mudamos a una capital más grande, donde compramos un pequeño piso. Luego, no sin dificultades, compramos una casa en un pueblo de la montaña. Luego vinieron los niños. Están bien. El mayor se parece mucho a mí (y a ti, por tanto). Los menores son los mellizos, Ulises y Ainhoa. En abril cumplirán cinco años. La peque de la casa se llama Elsa, apenas llega a los dos años y es un terremoto, siempre lo tiene todo por medio. Su madre no para de regañarle.

Puede que, como te lo cuento y te lo pinto, creas que es todo perfecto, sobre todo tras leer tus preocupaciones y saber de tu situación. No es perfecto pero no necesito más. Con esto me basta y me sobra. Soy inmensamente feliz. Ella está aquí conmigo, como siempre, somos los mismos críos que se enamoraron en los pasillos de un viejo instituto.

Decidimos formar una familia y avanzar. Y puede que sea lo que tú necesites, avanzar. No estancarte. Recuerda que ya nuestra historia es diferente. Tenemos distintos caminos. Pero no renuncies a nada. La vida da muchas vueltas. Y el destino existe. Quizá si ella ya no está, puede que sea lo que necesitéis, que toméis caminos diferentes, o que en ese mismo camino, pero más adelante, os volváis a encontrar. Puede que haya infinitos universos paralelos, pero en el fondo somos iguales en todos ellos, por lo que no nos diferenciamos tanto. Ella me quiere, yo la quiero. ¿Tú la quieres? ¿Ella te quiere? En el fondo somos los mismos, aunque nos toque una distinta realidad.


Yo, de otro universo paralelo. Cuídate.

Gregorio S. Díaz "Querido yo de un universo paralelo"

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