Obviamente, como a mí me gusta decir,
las personas son así. Unas mienten, otras dicen la verdad. Unas hablan, otras
hacen. Unas te quieren, otras te destrozan. Y sí, yo también soy de esas
personas, de las unas y de las otras. De los dos tipos. Nunca dije lo que
pensaba, pero la edad importa cuando sirve de excusa. Que esos inocentes besos
se me escaparon, los regalé para probar unos labios que me correspondieran. Que
en mi pecho el dolor seguía vivo un día después del desconcierto y la confusión.
Despecho. Podría llamarse así, obviamente.
Gregorio S. Díaz "Obviamente"