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4 de enero de 2015

Monopoly.

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Será el juego de la vida, que me lleva por todo lo que ella piensa que son casillas. Y si ya no estoy en la de salida es porque llevo ya muchos años de idas y venidas, de cogidas y recogidas. Pasé en la juventud por miles de calles bien iluminadas, vi a mujeres teñidas, mentiras coloridas, brujas desarmadas que te atacaban sólo con la mirada. Para qué comprar y emprender donde el futuro no tiene parecer. Que si ya he desperdiciado terrenos fértiles y bien acomodados, no importa, he pasado la cárcel sin tener que parar y he cogido las nuevas avenidas que vienen con adosados. Marrones, verdes y amarillas. Estaciones de buses y ferrocarriles que recorrí. Y voy a caminar y a comprar. A arriesgar. Para que cuando me sigas, porque me busques, por todos mis hoteles rojos pagues. No a mí. Qué va. A un esbirro que se me parezca, con el que te puedas conformar para no pensar en mí y no tenerme que recordar.

Gregorio S. Díaz "Monopoly" 

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