Será el juego de la vida, que me lleva por todo lo que ella piensa que son
casillas. Y si ya no estoy en la de salida es porque llevo ya muchos años de
idas y venidas, de cogidas y recogidas. Pasé en la juventud por miles de calles
bien iluminadas, vi a mujeres teñidas, mentiras coloridas, brujas desarmadas
que te atacaban sólo con la mirada. Para qué comprar y emprender donde el
futuro no tiene parecer. Que si ya he desperdiciado terrenos fértiles y bien
acomodados, no importa, he pasado la cárcel sin tener que parar y he cogido las
nuevas avenidas que vienen con adosados. Marrones, verdes y amarillas.
Estaciones de buses y ferrocarriles que recorrí. Y voy a caminar y a comprar. A
arriesgar. Para que cuando me sigas, porque me busques, por todos mis hoteles
rojos pagues. No a mí. Qué va. A un esbirro que se me parezca, con el que te
puedas conformar para no pensar en mí y no tenerme que recordar.
Gregorio S. Díaz "Monopoly"