Con la tecnología de Blogger.

10 de mayo de 2015

Juventud y belleza.

0 comments
Dile al tiempo y a la distancia que me quieres y lárgate. Que ya no espero que llegues. Que a ti renuncio y, lástima, que de ti reniegue. Pon tu mano invisible entre mis labios, para que no pueda gritar. Perfuma con tu aroma este segundo de vida. Márchate ya, antes de llegar. Te confieso fiel, que creía una suerte esperarte sin desesperar, no perderme entre bocas de otras que no quería. Ahora ya, da igual. Mi camino no se va a volver a cruzar. Amurallo a cada paso que doy para ir lineal hasta el fin del futuro hoy. Qué pena, sí: no saber cómo la lluvia te moja. Tendrás que acostumbrarte a vivir sin mí, aunque no sepas quién soy y no hayas convivido conmigo. Es una paradoja del destino, qué le vamos a hacer. No te oiré cuando estés desesperada. Cuando llores, cansada. Rompo el lazo que nos une a la vez que nos separa y que no nos tiene piedad, para eso precisamente, para también quedarme con soledad. Lástima, íbamos a ser una pieza.  Yo tenía pensado quererte. Incluso cuando la juventud y la belleza te dejaran para siempre.

Gregorio S. Díaz "Juventud y belleza." 

No hay comentarios:

Publicar un comentario