Gira, gira y gírame.
Trescientos sesenta grados no, que así todo sigue igual. Ciento ochenta y a mil
nudos de velocidad. Sube, sube y súbeme. No al cielo, que ese no es de verdad.
Tan solo unas escaleras que nos lleven a un cuarto donde descansar. Busca, busca
y búscame. No entre copas, ruido y humanidad. Quizá si entre libros, cafés y
puede que algún tequila. Besa, besa y bésame. En los labios no, que es todo
superficial. Sí el alma, para que no te pueda olvidar. Miente, miente y
miénteme. No me hagas creer una cosa que es otra, pero di que al despertar no
te irás, que me lo pueda creer. Susurra, susurra y susúrrame. No al oído. A la
piel. Pero sobre todo, cámbiame, madúrame, colmátame, tómame, agárrame, sostenme,
levántame, arrástrame. Todos los verbos contigo y conmigo, que acaben en me.
Gregorio S. Díaz "Me"