Pongámonos, por lo menos, a hablar del tiempo. Repetir como papagayos lo que
dicen los telediarios. Que si olas de viento y calor subsahariano. Muertes
súbitas. Calinas y huracanes en los territorios más desérticos. Cuarenta grados
a la sombra, y cincuenta a tu lado. Aunque no sepa que es eso, porque no
llegas, y los tenga que pasar al sol. Playas abarrotadas de gente que no quiere
meterse al agua, porque está fría, pero se fríen bajo las sombrillas. Personas
solitarias que buscan la compañía en una foto veraniega con muchas
interacciones. Noches sin dormir, con la luna en brazos. Vidas sin vivir y
otras que viven más de lo que duermen. Pongámonos a hablar del verano. De algo.
Ven y evolucióname. Revolucióname. Que al final yo también seré de esos que
continuamente hablan del tiempo, como si no supiéramos ya el calor que hace.
Gregorio S. Díaz "Pongámonos a hablar del tiempo"