No salgo de mi letargo. No me creo esta nula productividad, que como siga
hinchándose esta mano y llegue el día en que explote, voy a llenar de tinta
hasta las paredes. Las astillas de mi corazón, ya se quemaron en la hoguera, al
igual que los papeles llenos de letras que nunca leerás. Desearía olvidar y
borrar que he borrado unos recuerdos, y es verdad, lo he hecho, lo que no he
conseguido es arreglar este corazón que late a destiempo, con los pedazos
huecos, unidos por simple fe de religión.
Desearía rememorar la humedad de tu boca y el tacto de tu piel, y en
verdad, cada noche loca lo hago, lo que no consigo es obviar la facilidad de
los labios por besar sin paz y decir sin hablar. Igual que tu mirar. Desearía
poder dar lo que un día te di, pactar como la primera vez. Y en verdad, lo
haré. Solo cuando me saque el miedo a volver a caer. Por más que corro no te
alcanzo, pero ya no escribo cartas al destino y creo en el trabajo desde abajo
de los oprimidos. Sé que volveré a brillar, a sacar de mí toda esta oscuridad.
A reír en silencio, y de verdad. A perseguir un sueño y no tu pesadilla. A
seguir la luz y no el destello de tu vela de cera perdida.
Gregorio S. Díaz "Desearía."