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7 de julio de 2015

Támesis.

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Si nos hubiéramos abierto a base de palabras, la mente… Si te hubiera dado a elegir, justo cuando la traición, la duda, el rencor comenzaban a hacer mella en unos corazones de barro, fácilmente moldeables…Amenazarte con tirarme al Támesis. Provocarte incertidumbre. Ganarme emocionalmente una crisis. Atreverme, de verdad a hacerlo. Así, tanto tú como yo, podríamos haber llegado a un acuerdo. Entender nuestra mutua destrucción. Son esos momentos de indecisión los que nos hacen decidir. Los que nos hacen entender. Entender que ceder no es perder. Decidir que olvidar no es elegir. En nuestros ojos habríamos visto lo que somos: seres humanos; esos mismos que tropiezan mil veces con la misma piedra. Los que no dejan de cometer errores. Fallos, a veces puntuales, otras mortales. Que perfectos, ni en el mundo de las ideas. Besé cada imperfección porque me parecían perfectas. Piénsalo, era eso. Si no nos hubiéramos fallado nunca, ¿qué diablos nos hubiera unido?

Gregorio S. Díaz "Támesis" 


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