No te voy a buscar. Primero porque no tengo ganas: me cansé de tener que
encontrar la aguja dentro de un pajar. Quiero quitarme el sudor y revolcarme, a
pesar de que sé que luego va a picar. Segundo, porque no quiero tener que
volver a perder. A caer. A encarar. Tercero y más importante: no te voy a
buscar porque, sencillamente, no existes. No eres realidad. Nunca te podré
besar de verdad, notarte, así que para qué enloquecer. Me conformaré con otros calores,
hogueras que no queman como la tuya lo hace, pero que al menos calentarán
cuando el invierno aceche. Estaré bien con otros olores, esos que no siendo los
tuyos naturales, proporcionarán seguridad cada mañana al levantarme. Tendré
bastante con otras palabras. Con otros gestos. Otras miradas. Y quién sabe,
quizá no pueda aguantar todos esos otros detalles, y me veas llorando y
cantando en cualquier esquina, todos los meses del año, por carnavales. Aun
así, lo siento, no compartimos mundos reales. Yo te invento y te creo. Tú
piensas ser real. No existes, te repito. No llores más. Y es por eso que no te
voy a buscar.
Gregorio S. Díaz "No te voy a buscar"