Ni media vida gastamos, tu bien lo sabes, aún podemos tener dos o tres más,
por lo menos. Y yo, que soy un gato, tengo más de siete, todas ellas desperdiciadas
en mujeres de retrete. Las pocas que me queden no las quiero pasar sin verte el
verde, sin rebelarme ni resarcirme. Eso
sí, prometo no ser un cobarde. Irme olvidándote, olvidarte yéndome. Colmaré el
vaso con una gota más siempre, aquel con los cristales que le falten pegados.
Cuerpos arreglados. Me pintaré unos bigotes y maullaré a tu lado, quedándome dormido
en tus brazos. Muriendo en tus abrazos. Aprovechando los días para perder otra
vida. Y si no, pues me atropellará un coche o me perderé en los jardines de
casas nuevas todas las noches. Beberé las catorce vidas de un gato, que es gato
y es doble. Que está triste y es pobre.
Gregorio S. Díaz "Gato"