Y estando Espartaco ante sus discípulos en las cárceles romanas les dijo
así: “No huyáis del amo, puesto que al amo hay que obedecer. No huyáis de él,
que tarde o temprano, le tendréis que vencer”. Luego, caminó hacia el estrado
del Circo Romano y venció al León con la ayuda divina de un Dios Esclavo y les
dijo así a los pomposos romanos: “Vendrá un tiempo lleno de oscuridad y tras
él, de luces. Vendrán al mundo hombres que escribirán sobre nuestro trabajo, el
de ser esclavos. Hablarán de la gente invisible a la sociedad y les darán las
armas para la revolución hallar”. Cuando Espartaco fue fuerte en las plazas
italianas, miles de hombres armados se postraron para buscar la libertad de
ellos y de sus esclavas. “La violencia que los amos llevan usando contra
nosotros, los esclavos, todos los siglos de los que nos acordamos, no se puede
solucionar con más violencia por parte de nuestras manos. Votaremos nuestra
libertad depositando nuestros votos en urnas. Los amos tendrán voto doble y
nosotros voto libre.” Y llegado el día de la elección, los esclavos, que incluso votando no iban a ser libres, eligieron la poca libertad que les daba el amo.
Gregorio S. Díaz "La Biblia según Espartaco"