Sería una locura. Sería toda una locura, a la vez que una loca aventura.
Sí, ya sabes a que me refiero. A eso de...volver a empezar. Comenzar de nuevo. No,
ya no de cero, pero sí de veinte o treinta por lo menos. Hasta el infinito mira
tú si tenemos números para contar, inventar y comernos. Sería una locura poner
nuevas baldosas a la arena de la playa, pero más locura sería no construir
nada. Sería una locura retar a los pajarillos de tu pañuelo, a ver quién es
quien, al final, duerme más cerca de tu cuello. Sería una locura tener de nuevo
un sueño. Sería una aventura volver atrás en el tiempo. Toda una locura, ya,
que incluso lejos de nuestros años, nos conocieran nuestros abuelos. Sería una locura vernos de
nuevo. Jóvenes, traviesos e ingenuos. Entre sábanas rasgadas por el sudor de tu
cuerpo. Verme a mí, en mi vieja cama, embrujado de dolor y veneno. Verte a ti
suspirando, entre días, todos lunes y gotas de rocío sin tener que serlo. Sería
una locura comerte a besos, descubrir
así lo que perdimos. Pero qué más locura que la mía, buscando obsesivamente, un
poco de perdón. Ese que yo no doy al fuego sin encender que me quemó, aunque
tendré que romper mi vaso encima de él algún día, tal y como tú, sin rencor,
afirmas. Sería toda una locura reescribir nuestra historia. Buscar una nueva
perspectiva. Construir mi historiografía. Sería toda una locura, ya sabes, te digo.
Lo sería, ¿verdad?, piénsalo. Pero oye, déjalo... ¿cuándo hemos cometidos
nosotros una locura?
Gregorio S. Díaz "Sería una locura"