Cuando ya te vayas. Cuando ya no quieras. Cuando te canses. Solo entonces
querré agarrarte tan fuerte como tú deseas hacerlo conmigo justo ahora. Y no lo
haré por amor o por pasión, sino por miedo. Miedo a la soledad y miedo a no ser
nunca más. Perdí el manual de instrucciones en incendios que se apagaron
demasiado pronto. Ya no manejo las herramientas, ni tengo la suerte de mi
parte. Ni siquiera la juventud. Lo perdí todo. Desaprendí también. Comprobaste
que si intentas atravesar la coraza de espinos que me rodea, saldrás sangrando.
Huirás al tercer intento, te lo aseguro. Ni yo lo entiendo. Solo espero y
espero. Y pasa por delante el otoño y el invierno. Y yo espero. Pasas tú, pasan
ellas. Yo solo espero. Como si esperando hubiera otra oportunidad, como si de
verdad esperara a alguien o a algo. Solo espero y pierdo mi tiempo. Los
recuerdos trastocan el estar cuerdo. Lo que será, para mí son dudas y con
ellas, infierno. Y pierdo mi tiempo. Y espero. Al último capítulo. Al capítulo
final. Malgastando soplos de vida. Quedándome con las ganas.
Gregorio S. Díaz "Espero"