Con la ventaja que te daba la intuición y, sobre todo, los métodos de
investigación y los patrones ya estudiados, cómo no ibas a verme en la frente
lo que mi corazón grita ahogado en su propia sangre. Cómo no. De mi propio
morado me pusiste coloreado. Truncaste mis intenciones y yo no supe ver las
tuyas. Yo callé las palabras que debí decir. Vamos, lo que hago siempre. "¿Por qué tienes miedo de mí?" Lo de
negarlo está muy visto. Muy oído. Quizá tengo miedo a las chicas como tú, esas
que transmiten energía y que saben ver lo que tienes más allá de la apariencia.
A pesar de haberme visto unas horas. Si volviera atrás, punto muerto y freno de
mano. Mi boca a dos centímetros de tu boca. Tus ojos clavados en los míos. "Te tengo miedo porque puedes ser tú".
Luego primera y a desgastar el acelerador. Pero está el fatal destino, que nunca
es de mi parte. Está la cosa de que el tiempo no vuelve atrás. Otra oportunidad
perdida más. Otro adiós que se va sin comenzar.
Gregorio S. Díaz "¿Por qué tienes miedo de mí?"